La VIII edición del programa Escuelas Solidarias celebró ayer en la UPNA su encuentro de fin de curso, un año en el que ha llegado a más de 10.000 alumnos de 47 centros, el récord de toda su andadura. “Estamos muy contentos con la evolución”, comentó ayer Mariam Pascual, técnica de Educación de la Coordinadora de ONGD de Navarra que, junto al Gobierno de Navarra, impulsa la iniciativa. “Cada año se suman más centros y, por tanto, se movilizan también más ONG para abarcar todo el trabajo”, dijo.
El colegio público Ermitagaña, por ejemplo, ha centrado este año el programa en el tema del comercio justo, especialmente en los ámbitos textil y alimentario. “Intentamos abordarlo de forma transversal, sorteando la dificultad de encajarlo en un currículum ya de por sí extenso. A los alumnos les motiva mucho la dinámica, porque son ellos los protagonistas. Tú planteas cuestiones pero son ellos los que tienen que llegar a una respuesta”, explica Jesús Ibáñez Mancebo, tutor de 4º B de Primaria, y uno de los cuatro profesores que se han implicado de modo más directo, junto a Andrea Aguirre, Iván Oroz y Nora García. “Quisimos retomar el trabajo que se había hecho en los años previos, que no se perdiera. Es una pena que, al no ser ninguno plantilla fija en el centro, el programa quede en el aire de un año para otro. Por este tipo de cosas reclamamos más estabilidad”, pedía.